La garantía legal: Un derecho del consumidor

Cuando compramos un producto destinado a durar bastante tiempo como un electrodoméstico por ejemplo, debemos saber que la ley nos concede siempre un plazo para que, en caso de que deje de funcionar bien por un defecto de fábrica, el producto deba ser reparado o sustituido.

Ese plazo al que tenemos derecho es lo que se conoce como la garantía legal, lo que significa que durante ese tiempo el producto que hemos comprado deberá funcionar correctamente y en caso contrario, el vendedor deberá reparárnoslo o sustituirlo por uno nuevo.

De este modo, siempre tenemos asegurado un plazo mínimo de correcto funcionamiento del producto, que en España es de dos años.

1. ¿Qué es la garantía legal?

Es una obligación que tiene el vendedor o fabricante de un producto de carácter duradero, de asegurar durante el plazo de dos años el correcto funcionamiento de ese bien, así como su buen estado y condiciones de uso, para que durante ese tiempo pueda desempeñar su función de manera adecuada.

Esta garantía está destinada a proteger al consumidor cuando el bien que haya adquirido no presente un buen funcionamiento y esto no sea por culpa del propio comprador.

Cuando adquirimos un producto duradero, siempre cuenta con una garantía legal de dos años

Además de la garantía legal que la ley establece, existe la denominada garantía comercial, que será la que el vendedor decide establecer a un producto en concreto y que siempre deberá mejorar la garantía legal con la que ya contamos.

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Junto con la garantía legal, muchos fabricantes y vendedores establecen en sus productos una garantía comercial que mejora las condiciones mínimas que la ley nos asegura.

Por tanto, cuando compramos un producto duradero como un electrodoméstico, un mueble e incluso un vehículo, siempre contará con la garantía legal de dos años y además puede que tenga establecida una garantía comercial que mejorará la legal y nos aportará más ventajas. Así por ejemplo, es frecuente ver como determinados vehículos poseen garantía comercial hasta de 7 años.

2. ¿A qué productos se aplica la garantía legal?

Se aplica a todos los bienes de consumo, nuevos o de segunda mano, excepto los adquiridos por venta judicial, agua o gas no envasados, electricidad y bienes de segunda mano adquiridos por subasta administrativa.

3. ¿Cuánto dura la garantía legal?

Como ya hemos adelantado, la garantía legal de los productos nuevos es de 2 años. Esto obliga al vendedor, en caso de defecto de fabricación, la reparación o sustitución gratuita del producto por otro, haciéndose cargo de todos los gastos.

Éste es el plazo de garantía legal obligatorio. Pero el vendedor o el fabricante, tal y como hemos visto anteriormente, puede ofrecer una garantía comercial adicional, ampliando el plazo o los derechos propios de la garantía legal.

4. ¿Opera igual durante los dos años la garantía legal?

No, porque se divide en dos plazos distintos a su vez:

A. Los primeros seis meses

Durante los 6 primeros meses, si el producto presenta un defecto que impide su buen funcionamiento, se entiende siempre que se trata de un defecto de fábrica. Por tanto, le corresponde siempre al vendedor probar que realmente no se trata de un defecto de fábrica sino que es culpa del comprador, que le ha dado un mal uso.

B. Pasados seis meses de la compra

El tiempo restante ya no se presume que el defecto es de fábrica necesariamente. El producto tiene que ser analizado por el correspondiente servicio técnico de expertos, que deberá dar fe de que se trata de un defecto de fábrica, y no de un mal uso por parte del consumidor.

Una vez que el equipo técnico analiza el producto, pueden darse distintas posibilidades:

  • Defecto de fábrica. El equipo técnico determina que efectivamente es un defecto de fábrica y deberán reparar el producto o sustituirlo por uno nuevo si dicha reparación supone un coste elevado y desproporcionado.
  • Mal uso del comprador. Es posible que determine que el mal funcionamiento se debe a un mal uso por parte del comprador. Este supuesto no queda cubierto por la garantía legal, y el consumidor pagará la reparación del producto o el tiempo empleado por el servicio técnico en su análisis. Aún así, en ocasiones es posible que sí pueda aplicarse la garantía comercial adicional, en caso de que exista.
  • No puede determinarse el origen del mal funcionamiento. También puede ocurrir de que no sea posible determinar la causa que ha dado lugar al defecto del producto, siendo imposible saber si se trata de un defecto de fábrica, o si es culpa del consumidor. En este caso, podemos reclamar la garantía al vendedor. Si éste nos pide que nos dirijamos al fabricante directamente, podemos hacerlo, pero no tenemos por qué, ya que quien tiene obligación de responder es el vendedor.

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Durante el tiempo en el que el producto haya de ser reparado, la garantía legal queda suspendida hasta que nos hagan entrega del mismo, momento a partir del cual, empieza nuevamente a contar el plazo.

El plazo de garantía se interrumpe mientras entregamos el producto para que sea reparado, y vuelve a establecerse otra vez cuando es devuelto al consumidor. Una vez que se devuelve el producto, si en los siguientes 6 meses vuelve a presentar un defecto que impide su buen funcionamiento, nuevamente se entiende que es un defecto de fabricación.

Es posible que estos 6 meses nuevos entren dentro de los dos años de garantía legal. Pero de no ser así, de todas formas contamos con esos 6 meses en que se entiende que el defecto es de fábrica, aunque haya terminado el plazo de garantía legal.

5. ¿A qué da derecho la garantía legal?

El comprador puede elegir entre que el producto sea reparado o sustituido por otro, excepto si una de las dos opciones no es posible, o es desproporcionada. Muchas veces es el fabricante quien al final escoge qué opción es mejor.

No podrán sustituirnos los productos en los siguientes casos:

  • Cuando sean productos de segunda mano.
  • Cuando sean bienes fungibles, es decir, que se consumen con el propio uso.

6. ¿Qué es la falta de conformidad?

La falta de conformidad se da cuando un producto no es conforme a lo que debía ser realmente según establece el contrato.

A. La falta de conformidad

Se da en los siguientes casos:

  • El producto no es como se describe por el vendedor.
  • No se puede usar para lo que se usan los productos de ese tipo.
  • No valga para un uso especial que se había específicamente acordado entre el comprador y el vendedor.
  • No tiene la calidad y prestaciones que el producto debe tener.
  • La instalación del producto, hecha por el vendedor o bajo su responsabilidad, es defectuosa.
  • Si la instalación ha sido efectuada por el comprador y sea defectuosa por un fallo en las instrucciones de instalación.

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Generalmente, también habrá falta de conformidad cuando el producto no se corresponda con lo que de él se decía en la publicidad o en su etiqueta, aunque hay algunas excepciones.

Si un producto no se corresponde con la publicidad o con su etiqueta también existe la falta de conformidad salvo que se den alguna de estas tres situaciones:

  1. Que el vendedor desconozca esa publicidad.
  2. Que en el momento del contrato el vendedor informara al comprador sobre esto.
  3. Que lo que decía la etiqueta o la publicidad no hubiera influído en la decisión del comprador.

B. ¿A quién se reclama la falta de conformidad?

El consumidor se dirige directamente al vendedor para reclamar por falta de conformidad del producto. También puede dirigirse al fabricante si le es muy difícil o no le es posible dirigirse al vendedor, pero porque voluntariamente decida hacerlo, nunca por imposición del vendedor.

Es importante recordar que el establecimiento deberá poner a disposición del consumidor una hoja de reclamaciones en caso de que la solicite.